sábado, 2 de febrero de 2013

EL VENDEDOR DE HUMO. Características de los timadores



En los tiempos que vivimos, de crisis, incertidumbre, problemas económicos, desempleo, políticos 'presuntamente' corruptos, y un largo etcétera, surgen personas que se considera 'gurús', y que creen tener una forma infalible de cambiar esta situación. Lo cierto es que de una forma u otra, todos son unos timadores. Cada uno utiliza los medios que tienen a su disposición para reclamar el apoyo del pueblo, ya sea a través de votos (en el caso de los políticos), ofertas de empleo engañosas, profecías de catástrofes naturales... Cualquier cosa 'sorprendente', que nos haga salir cada uno de la situación que vivimos. Los vendedores de humo tienen ciertas características que comparten entre ellos, y me gustaría que hoy reflexionásemos sobre este asunto, con el fin de hacernos un poco más críticos y evitemos que nos sigan engañando con mentiras incuestionables.

Para apoyar estas ideas, os traigo además el cortometraje de animación EL VENDEDOR DE HUMO, realizado por los alumnos de PrimerFrame, escuela de animación valenciana, y que se ha alzado como candidato finalista a los Premios Goya de este año. Desde aquí les deseamos mucha suerte.


Estas son las características de 'los vendedores de humo'


1. Prometer 'la Luna'
Quién acomete un engaño lo presenta en unas pocas frases atractivas, que puede o no matizar más tarde. Lo importante es darle a los espectadores (incluyamos aquí a los votantes) lo que piden, lo que desean oír, o mejor aún, creemosles una nueva necesidad. ¡Ojo! Siempre debe ser algo increíble, que sorprenda. Si además las promesas son vagas o difusas, menor probabilidad de tener luego que dar explicaciones.

2. El miedo
El miedo inmoviliza y vuelve a las personas manipulables: hablar de crisis, de pobreza, de guerras... Tener miedo a un enemigo real o imaginario, nos vuelve sumisos a quién nos ofrece la 'salvación'. Quién nos diga que tiene las respuestas a nuestras necesidades, se convierte en un modelo a seguir.

3. El valor añadido
Si cogemos algo viejo, y le hacemos un lavado de cara, podemos venderlo como si fuera completamente nuevo. En esto se basan las estafas, los timos, las superticiones, que se aprovechan de esta cualidad. Cogemos una idea vieja, le damos un nuevo matiz, y nuestros seguidores la persiguen como novedosa (¿conocéis eso de moda retro, vintage...  que tanto se lleva ahora? Pues eso).

4. Autoridad
Decir que algo está aprobado por una gran autoridad (persona o institución), es una de las falacias más potentes que existen. Si alguien de reconocido prestigio (sea cierto o no) avala un 'producto', tenemos que creernos que eso que nos están vendiendo es fiable. Así funciona la publicidad, amigos. Ahora os preguntaréis si Carmen Machi toma yogurt Activia de postre o  si Belén Rueda toma Leche Puleva con su café.

5. Siempre es la verdad, absoluta e inamovible.
Atención a lo siguiente: Un dogma de fe funciona en cualquier condición, en cualquier persona, ahora y siempre, da igual lo que digan los que vengan después. Esto es algo totalmente peligroso en cuanto a la persuasión que provoca. Hay que aceptar que las cosas son discutibles, analizables y que, por supuesto, se pueden modificar y adaptar a las circunstancias. Creer a pies juntillas que algo es lo 'mejor' y que nada es incomparable a esa verdad, nos convierte en individuos sin razonamiento crítico.




Para reflexionar...

Evitemos de aquí en adelante que las cosas sigan igual y que, como termina el cortometraje, acabemos con nuestras ilusiones 'mojadas', deshechas, y los bolsillos vacíos, mientras vemos como esos en quién confiamos nuestra suerte, nuestro cambio, se van con las arcas bien llenas, buscando a otros ilusos a los que estafar.

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