sábado, 25 de mayo de 2013

HAY DOS CLASES DE PERSONAS. Analizando el problema de ponernos etiquetas.



(Si no puedes ver el corto, pincha aquí )

Bajo la premisa de una historia de amor que se va torciendo, Eva Moreno y Juanca Vellido nos presentan el cortometraje HAY DOS TIPOS DE PERSONAS, protagonizado por Manuela Vellés y Miguel Ángel Muñoz¿Pero qué se esconde verdaderamente detrás de estas dos personas que, a priori, hablan sobre los diferentes tipos de personas y por qué se tuerce esta relación?

Algunos han podido intuir, que el trasfondo de la cinta, simboliza cómo las personas elegimos diferentes alternativas opuestas, y en cambio la clave está en un continuo de matices... En cambio, un servidor, bajo su humilde óptica de psicólogo, ve el problema del etiquetado.

Vivimos en una sociedad que se encarga de poner etiquetas y categorizar personas en base a su conducta, de una forma reduccionista: "Juan es vago", "Laura es inteligente", "Mi novia es celosa"... El etiquetado, por una parte, cumple una función adaptativa, puesto que consigue resumir muchas experiencias, características, comportamientos... en una sola palabra, y permite entendernos unos a otros rápidamente. Sin embargo, el uso de estas etiquetas, muchas veces llevan implícitas connotaciones negativas, que marcan y estigmatizan a la persona. Además, de algún modo, negamos que esa persona pueda ser de otra manera. La encasillamos en esa conducta, de la que no le dejamos escapar.

Resulta muy importante matizar y explicitar las etiquetas, de forma que enriquezcamos nuestros lenguaje y restemos la carga negativa que puede tener asociada una etiqueta. Así, cuando decimos que "Juan es vago", quizás sería más acertado decir que "le cuesta llevar su trabajo al día", que "se distrae con facilidad" o que "prefiere hacer otras cosas antes que sus obligaciones".

Del mismo modo, desde la Psicología, se aboga por un uso del lenguaje que evite la estigmatización de la persona que padece un trastorno mental. No sería correcto decir "es un esquizofrénico", sino más bien "Es una persona con esquizofrenia". De este manera anteponemos su identidad de persona a su característica de persona con enfermedad mental, y evidenciamos que no sólo padece una esquizofrenia, sino que es una persona, con sus características individuales, que pueden ser múltiples. No reducimos a la persona su cualidad de enfermo mental. 


Visto desde esta óptica, el cortometraje nos muestra que podemos comportarnos de una determinada manera, y en otras circunstancias, actuar de un modo totalmente opuesto. Que no existen categorías fijas de personas, y que el etiquetado marca a las personas por las connotaciones (normalmente negativas) que llevan asociadas.

jueves, 16 de mayo de 2013

CLAVES PARA AUMENTAR TU AUTOESTIMA Y SER FELIZ





Ser feliz es fácil, si sabes cómo. Os presento una animación que nos da pequeños consejos que podemos aplicar en nuestro día a día, y conseguir una mayor autoestima, y ser más felices. 

¡No esperes un día más para ponerlos en práctica!




lunes, 13 de mayo de 2013

Trastornos Mentales de Cuento (IV): El Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas


En la novela de Lewis Carroll, durante el transcurso en su visita a País de las Maravillas, la joven Alicia tiene diferentes experiencias en las que ve como su cuerpo crece y crece sin parar, y otras en las que se vuelve muy pequeña (¿O acaso son los objetos los que crecen y no ella?). 

Existe un trastorno psiconeurológico que afecta a la percepción visual llamado Micropsia (si el paciente percibe los objetos muy pequeños) o Macropsia (si al contrario, los percibe muy grandes), más conocido como el Síndrome de Alicia en el País de las Maravillasen el que los pacientes que lo sufren, perciben alteraciones en la forma, tamaño y situación espacial de los objetos, así como distorsión de la imagen corporal y del transcurso del tiempo. Los sujetos pueden percibir los objetos mucho más pequeños de lo que son en realidad, que al mismo tiempo aparecen lejanos. Por ejemplo, un animal doméstico, como un perro, puede parecer del tamaño de un ratón, o ver un automóvil como un coche de juguete. También puede ocurrir al contrario, y que los objetos se muestren grandiosos. El síndrome de Alicia en el País de las Maravillas puede aparecer en menores o adultos afectados por cefaleas o migraña.

A este trastorno, también se le han asociado otras ilusiones visuales como palinopsia (ver imágenes múltiples), acromatopsia (no percepción del color) y prosopagnosia (incapacidad de reconocer caras). 

Según los expertos, las personas afectadas por el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas son en todo momento conscientes de la naturaleza ilusoria de sus percepciones. Sin embargo, éstas son lo suficientemente intensas como para que tengan que mirarse en un espejo para comprobar su talla. 



¿Sabías que.....?

Los científicos sospechan que Lewis Carroll estaba afectado por migrañas, y pudo sufrir los síntomas de este síndrome; de esta forma, se explicaría que las experiencias de la joven Alicia fueran bien conocidas por su creador.

martes, 7 de mayo de 2013

ESTRATEGIAS PARA CUMPLIR UN SUEÑO. Zona de confort vs. Zona de aprendizaje




Hoy quiero compartir con vosotros este interesante vídeo de animación que nos recuerda cuales son nuestros sueños y las propias limitaciones que nos ponemos y que nos impiden conseguirlos.

Espero que una vez lo hayas visto, sientas la imperiosa necesidad de que puedes alcanzar tus  metas, y pongas todo tu empeño en conseguirla, porque nada ni nadie, puede impedírtelo.

lunes, 6 de mayo de 2013

Trastornos Mentales de Cuento (III): Síndrome de la Bella Durmiente


En Pennsylvania (Estados Unidos), una joven de 17 años logró dormir 64 días seguidos. El extraño caso fue publicado por el Daily Mail, quien publicó que Nicole Delien poseía una extraña enfermedad llamada Kleine-Levin o de la Bella durmiente, que consiste en individuos que pueden pasar semanas o incluso años sin despertar.

El Síndrome de Kleine-Levin, también denominado como Síndrome de la Bella Durmiente, es una enfermedad de tipo neuropsicológico (muy poco frecuente) caracterizada por episodios, de días o semanas de duración, en los que el paciente presenta somnolencia excesiva y periodos de sueño prolongado de como mínimo 18 horas diarias (hipersomnia).

Otras manifestaciones, mientras el paciente se encuentra despierto, incluyen una sobre-alimentación compulsiva, conducta sexual desinhibida, deterioro de las capacidades mentales, negligencia en la higiene personal, desorientación, irritabilidad, agresividad e incluso alucinaciones. Después de las crisis el comportamiento y las capacidades mentales vuelven a la normalidad, aunque a veces existe amnesia tras el ataque y no se recuerda nada de lo sucedido. El paciente puede presentar largos periodos, de semanas o meses y quizás hasta años, completamente libre de cualquier síntoma. 

Se cree que estos síntomas podrían estar relacionados con áreas del cerebro que controlar el sueño y el apetito, aunque las causas que provocan estas alteraciones son, hasta el momento, desconocidas. Se presenta sobre todo en adolescentes varones y, de forma ocasional, en mujeres. El tratamiento es sintomático, empleando fármacos estimulantes del Sistema Nervioso Central (por el momento, no se ha comprobado que los besos de amor verdadero puedan romper este 'hechizo').


domingo, 5 de mayo de 2013

Cómo influyen los vínculos de apego padres-hijos en nuestras futuras relaciones de pareja.



En 1969, el psicólogo John Bowlby formuló la Teoría del Apego, según la cual, existe una necesidad en los bebés de estar próximos a sus madres, ser acunados en los brazos, protegidos y cuidados. Se trata de la búsqueda y mantenimiento de la proximidad, especialmente en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. Sin duda, es una tendencia adaptativa que facilita la supervivencia.

Existen tres tipos principales de apegos:

  • Apego seguro: Se ha dado una alta sincronía entre las necesidades biológicas y sociales del bebé con una respuesta eficaz y estable de la figura de apego. Los padres atienden al bebé en todo momento cuanto tiene un lloro o queja. El bebé se siente seguro para explorar el mundo, sabe que sus padres están ahí.
  • Apego Ambivalente: Los padres no atienden en todo momento las necesidades del bebé, por lo que se mostrará inseguro a la hora de explorar su entorno. Se muestran angustiados ante la separación con la madre.
  • Apego Evitativo: La madre no muestra relaciones emotivas en su cuidado del bebé. Estos bebés no lloran ante la separación con la madre, e incluso pueden llegar a ignorarla. Se han habituado a no disponer de una relación de apego con  ella.

Los investigadores Berlin y Cassidy descubrieron en 1999 que existía una relación significativa entre los vínculos de apego infantil con las relaciones románticas o de pareja establecidas en la adolescencia o edad adulta. De este modo se descubrió que:

  • Las personas que habían establecido un apego seguro en su infancia, mostraban un mayor compromiso emocional y una mayor estabilidad en las relaciones de pareja
  • En cambio, los sujetos con un apego ambivalente suelen mostrarse ansiosos y celosos en sus relaciones románticas, mientras que los evitativos muestran frialdad y tienden a rehuir el compromiso emocional.


Beneficios psicológicos del apego seguro



Resulta importante que los padres y las madres atiendan las demandas de los bebés para desarrollar su sensación de seguridad y confianza; de este modo crecerán sanos (mentalmente) y seguros de sí mismos, facilitaremos su adaptación a la escuela, serán más competentes en sus relaciones sociales, tendrán una mejor autoestima y, como ya hemos comprobado, sus relaciones de pareja futuras serán más sanas y estables.




miércoles, 1 de mayo de 2013

Trastornos Mentales de Cuento (II): El síndrome de Wendy


Hace unos días hablábamos sobre el Síndrome de Peter Pan, aquellas personas que no quieren crecer por ese miedo a asumir sus responsabilidades. Lo curioso, es que detrás de cada 'Peter Pan', suele haber una 'Wendy', es decir, esa persona que acarreará todo el deber que el otro no quiere asumir.

Para los que no recordéis la historia, Wendy es la mayor de los hermanos que viajan a Nunca Jamás, un país imaginario donde los niños no crecen y donde sólo existe diversión y felicidad. Peter Pan, el líder por excelencia de los niños que no querían crecer, decide nombrar a Wendy como madre de los niños perdidos.

El Síndrome de Wendy se manifiesta como una imperante necesidad imperiosa de complacer y agradar constantemente al otro debido a un gran miedo al rechazo o al abandono. Este síndrome se da en mayor medida en mujeres, que muestran esta conducta en relación a una pareja o con respecto a los hijos. Son personas que difícilmente controlan su propio rumbo en la vida, debido a que focalizan su atención en controlar la vida de otra persona.



El perfil de la persona 'Wendy'

Suelen ser personas que se sienten imprescindibles para la otra persona, entienden el amor como sacrificio por el otro, intentan hacer feliz a la gente de su alrededor, evitan que su pareja se enfade, piden constantemente perdón por todo, toman responsabilidades que no le corresponden, se deprimen ante la falta de atención y la plena aceptación social, e incluso llegan a convertirse en un verdadero padre o madre en una relación de pareja.



Terapia para este síndrome

Para tratar en terapia a un paciente con este síndrome, es fundamental que la persona reconozca su conducta, asuma los inconvenientes que tiene, y desee modificar su actitud sumisa y condescendiente, ya que no propicia relaciones sanas. Una vez alcanzado esto, tendremos que ayudarle a identificar cuáles son sus responsabilidades y cuáles no, y a evitar asumir todos los deberes que no le corresponden.